Cientos de años habian pasado despues de que hubiesen terminado las guerras entre los Dioses. Los mortales habian empezado a desarrollarse en mayor medida, sobre todo los magos. Pero aunque Zamorak hubiese sido vencido por el gran dios Saradomin con la ayuda del balance de Guthix, saboreaba aun el amargo gusto de la derrota. Ésto fué lo que lo llevó a buscar seguidores entre los magos humanos a espaldas de sus hermanos, aun a sabiendas de que si lo descubrían a tiempo sus planes no se llevarían a cabo. Sin nada que perder, Zamorak les dio nuevas fuerzas y conocimientos a los magos que lo apoyaban, sin que ellos supiesen que al tomar parte de su poder terminarían siendo sus esclavos. El sabio Saradomin se dió cuenta de ésto cuando ya era muy tarde, por ello recurrió a su hermano Guthix en busca de un consejo. Mientras tanto el Gran Maestre Masada, lider de los últimos vestigios del ejército que había vencido a Zamorak antaño, cayó en la corrupción y se volvio el general de las huestes de su viejo enemigo. Ambos dioses entonces decidieron enviar un ejército a luchar con los magos, aunque tan sólo fuera para frenarlos en su avance en los reinos humanos. Lo que no sabían es que una de las órdenes que se ocuparía de frenar a los enemigos tendría el poder suficientes para vencerlos en una batalla en las afueras de la antaño gran torre de los magos. Ésta batalla, llamada batalla de Masada justamente porque fué la única que el Gran Maestre perdió, fué aún más larga y sangrienta que todas las que la precidieron desde la Primera Era. Era un combate sin cuartel, donde díficil era mantenerse vivo a causa de los ataques de magia y las flechas que iban desde un bando al otro. Zamorak además de sus magos había llevado una gran diversedad de seres del reino de los no muertos, y bestias de formas y tamaños inconcebibles de los rincones más oscuros del Universo, que tenian fuerzas tan sólo podían ser comparadas con su odio por los humanos. Finalmente los humanos ganaron, aunque no pudieron evitar que varios sobrevivientes del lado oscuro escaparan ni que la gran torre fuese consumida por el fuego de Zamorak. Igualmente éstas pérdidas fueron mínimas, considerando los riegos que suponían las huestes de Zamorak, y por ello Saradomin ofreció a los caballeros favores y riquezas. Sin embargo ellos sabían que las huestes no tardarían en volver, y por ello tan sólo le pidieron al Sabio dios que les diera su bendición y sabiduría, y permiso para luchar en su nombre contra los ejércitos de la oscuridad. Así fue como esta orden de caballeros se nombró a si misma Seguidores De Saradomin, y tienen como objetivo defender a los reinos mortales de los ejércitos malignos.